«No fotografíes lo que se ve, fotografía lo que se siente»
David Alan Harvey
Niño con granada de mano: Hoja de contacto. El momento de la toma fue importante, pero la elección de Arbus manifiesta la importancia de la edición como parte del trabajo autoral.
«Nunca he tomado una foto como pretendía. Siempre son mejores o peores.»
Diane Arbus
«Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa…
Hoy por la tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sido, cómo ha sido mi vida, cuánto tiempo perdí, cómo escribía cuando había verduleros que venían de las quintas, cuando tenía dos novias, un lindo jopo, dos pares de zapatos, cuando no había televisión, ese mundo a los pies, violento, imbécil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco…
Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinados, tallados en el alma…
Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía, mis amigos, sus nombres, las noches del Café Montevideo, las encomiendas por la Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Arístides querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables…
Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfono, distintos bajo los dedos índices, las fotos, el termómetro, los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión…
Y no halló nada… No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi madre, ni a Marx, ni a Arístides, ni a Lenin, ni al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay ni a nadie… ni a los muertos Fernández más recientes… A mí tampoco me encontró… Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba sentado al lado de la vida… Pasé frente al Nocturno y la vida había pintado unos carteles… Pregunté en una esquina por la hora, y en la bolsa del hombre que me dijo la hora iba la vida, junto con su almuerzo…
Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertas… y la noche entrará por todas las ventanas de mi casa, por todas las ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárceles, por todas las ventanas de los hospitales… la noche entrará, cabeceando, saltará para adentro, sombra a sombra a la luz del farol… y se echará en el piso como un perro… y aguardará hasta la madrugada…
Hoy… dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas, para siempre…»
Fragmento de la canción «Guitarra Negra» de Alfredo Zitarrosa
“El blanco y negro son los colores de la fotografía. Para mí simbolizan las alternativas de esperanza y desesperación a la que la humanidad está sometida para siempre. La mayoría de mis fotografías son de gente; vista de un modo muy simple, como a través de los ojos del hombre de la calle. Hay una cosa que la fotografía debe contener, la humanidad del momento. Esa clase de fotografía es realismo. Pero el realismo no es suficiente, tiene que haber visión, y los dos juntos pueden hacer una buena fotografía. Es difícil describir esta delgada línea donde el tema acaba y comienza la propia mente.”
Robert Frank