El fin de semana fue soleado, y con un poco de viento. Habíamos ido a pintar la casa de mi abuela Norma en Jaureguiberry, que queda a 80 km hacia el este de Montevideo. En ese momento nos estábamos tomando un recreo en la playa, con la satisfacción del trabajo (casi) terminado. El Tony tocaba una canción que entre los tres cantábamos con sentimiento. Yo me había llevado la cámara y sentí que era un momento ideal para una fotografía, uno de esos momentos que vale la pena recordar para siempre. La fotografía, por su naturaleza, era apropiada para este propósito.